Los Vasallos de la Candelaria, forman parte de una tradición que se realiza anualmente desde hace más de cien años en la zona de la Parroquia, en conmemoración a la aparición de la Virgen de la Candelaria. Estas fiestas se realizan el 2 y 3 de febrero, con la bendición de la luz en una misa que se realiza a las diez de la mañana; los Vasallos usan ropaje de mucho colorido y pagan promesas a la Virgen, cantando y bailando para ella.
La fiesta de la Candelaria tiene sus antecedentes, como es muy común en la mayoría de nuestras celebraciones populares, en celebraciones indígenas y de los descendientes de esclavos africanos que han sido sincretizados con las fiestas Católicas Españolas. “Se caracteriza por estar llena de conjuntos de danzas, disfraces, máscaras y bandas de músicos que conducen a expresiones de desbordante sensibilidad festiva.
En diversas poblaciones venezolanas se hacen ese día pagos de promesas por favores recibidos y se realizan procesiones en honor a esta advocación de la Virgen. En La Parroquia, estado Mérida, se cumplen rituales destacados, organizados por las cofradías de los Vasallos de la Virgen de la Candelaria.
En las semanas anteriores a la fecha se esmeran los preparativos y tienen incansable actividad: se hacen ensayos de la danza, el adorno del templo y calles aledañas, se instalan quioscos y se confeccionan o remozan los atuendos que han de lucirse en el día de la gran patrona, porque el 2 de febrero, desde mañana, La Parroquia se llena con la visita de cientos de personajes que acuden a la celebración.
La iglesia se colma a la hora de la misa y muchos asistentes traen o compran sus velas para lograr que sean bendecidas. Después del oficio sale solemne la procesión con la imagen de la Virgen colocada sobre sus andas, ornamentada con milagros o exvotos y ofrendas de flores naturales; los cargadores van con natural recogimiento, algunas personas recogen los pétalos que desprenden las flores de las andas, las besan y guardan como reliquias.
Un conjunto musical acompaña a la imagen y a los vasallos durante el recorrido, en el cual también participan bandas de música. El grupo se traslada al sitio donde la tradición atribuye la prodigiosa aparición de la Virgen, y de regreso, ésta se coloca en un pequeño altar a las puertas de la iglesia; desde allí recibirá la amorosa ofrenda de los vasallos y otros creyentes.
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