El origen de la Parroquia
Juan Rodríguez Suárez se remonta a los años de la conquista, donde Rodríguez
Suárez realizó expediciones a través de varios pueblos indígenas como los
Táchira, la Grita, Bailadores, Estanques, Lagunillas (primera Mérida) hasta
detenerse en la Parroquia Santiago de La Punta (Segunda Mérida). Éste lugar fue
escogido por las condiciones climáticas y topográficas óptimas en el que
abundaban ríos y manantiales, además hubo otra razón como fue la posición
estratégica del lugar para beneficio de los españoles, ese lugar era llamado
“Ranchería Vieja” unos bohíos de indios que allí poblaban y desarrollaban su
actividad económica, que era la agricultura. Esta fue una de las causas más
justificadas, para que en 1558 Juan Rodríguez Suárez procediera a mudar la
primera Mérida hasta estas tierras.
No obstante, y debido a que
Juan Rodríguez Suárez no estaba autorizado o facultado para fundar pueblos o
ciudades, Juan Maldonado procede a su persecución y decide mudar el pueblo
recién fundado al sitio que hoy ocupa la ciudad de Mérida. Sin embargo, se debe
recalcar que la población de La Punta no desapareció con el traslado, sino, por
el contrario con las condiciones antes descritas los españoles vieron la
posibilidad de tomar dichas tierras en nombre de su majestad el Rey de España,
y repartirlas entre quienes integraban el grupo de conquista.
Ahora bien, los referidos
autores señalan que la población conocida políticamente como La Punta, debe su
nombre a que su extremo termina en “punta”, donde convergen los ríos Chama y
Albarregas frente a la población de Ejido, por tal situación o fenómeno natural
de su relieve se adoptó esta característica para denominar en lo sucesivo a
ésta población. Tal denominativo aparece desde que se funda o traslada la
segunda Mérida.
Por lo tanto, El nombre de
la Punta perduro en el tiempo hasta 1808 de acuerdo a documento de los libros
del gobierno de ésta parroquia, que se encuentran en el Archivo Arquidiocesano
de Mérida, y según el cual el párroco Hermilio de los Reyes Monzón dice: “Ella
en su mayor parte es una segregación de la vecina parroquia Santa Cruz del
Llano, fue erigida en parroquia eclesiástica en 1808 por el ilustrísimo Sr.
Hernández Milanes, quién como español, le dio como Patrono al Apóstol
Santiago…”
En este orden de ideas y
según referencia anterior, para el año 1885, con la nueva Ley de División
Política Territorial del Estado Mérida, la extensión de la parroquia Juan
Rodríguez Suárez comprendía Los Curos, Pedregosa y Humboldt, es así, que para
cualquier trámite a realizar se tenía que recurrir a instancia civiles y
religiosas en el pueblos de Santiago de La Punta, pero debido al crecimiento
demográfico de la misma, las antiguas autoridades gubernamentales del Estado
Mérida, se vieron en la necesidad de desligar o transformar en parroquia las
otras comunidades que antes pertenecieron a Santiago de La Punta, todo ello
para lograr un mejor desenvolvimiento en lo civil, jurídico y religioso.
De tal manera que, desde
hace unas cuantas décadas esta parroquia quedó unida al casco urbano de Mérida,
pues la ciudad creció demasiado, ocupando espacios planos para desarrollar
nuevas urbanizaciones de clase media, hacia la parte baja de la meseta.
Por lo tanto esta parroquia,
a pesar de encontrarse a tan sólo 8 kilómetros de Mérida, conserva su identidad
propia, de acendrada vocación religiosa, y costumbres sociales y culturales
bastantes arraigadas.
En tal sentido, hasta hace
30 años el poblado se reducía a unas pocas casas arrebujadas alrededor de la
iglesia, que dormía su siesta colonial, circundado por los bucólicos
cañamelares, trapiches y casonas de haciendas, que han ido desapareciendo en
forma acelerada para dar paso a los nuevos desarrollos urbanísticos.
Por lo que en el pasado, las
actividades económicas que destacaban en esta comunidad fueron la explotación
de la caña de azúcar, café y la ganadería se daba en menor escala. La elevada
producción de azúcar fue un factor que influyó en la creación de una
procesadora de azúcar, denominada La Central Azucarera de Los Andes (C.A.L.A.)
que comenzó a funcionar a finales de 1950 y cesó en sus funciones cerca del año
1964, debiéndose su cierre a varios factores; uno de ellos fue el alto precio
de la panela y el crecimiento demográfico y urbanístico de la zona, ya que los
terrenos donde se sembraba la caña fueron vendidos, dando origen a varias
urbanizaciones (Carrizal, La Mara, Alto Chama, entre otras).
Bajo este contexto, La
Parroquia respira una atmósfera acogedora, de típico poblado andino, de
dimensiones humanas. La sencillez de sus construcciones y el modo de vivir de
sus habitantes, quienes ocupan este pequeño espacio llevando un estilo de vida
lento y sosegado al margen del ajetreo nos hacen olvidar el ruido y la
velocidad de las avenidas que la circundan. La gente se amaña mucho en este
lugar, se oye decir a sus habitantes.
De manera que hoy día, la
Parroquia se puede considerar que es un dormitorio de Mérida, por la gran
cantidad de construcciones que se han desarrollado en sus tierras, tanto de
urbanizaciones de quintas como de complejos habitacionales de varios pisos, así
como de centros comerciales. Realmente su casco antiguo urbano es de dos calles
una de entrada y otra de salida.